Samsara: Toma I
En paradigmas ajenos a nuestro entendimiento, a kilómetros y leguas de distancia -porque algunas ocurren bajo el agua y fuera de nuestra atención- nuestros sentimientos y emociones confluyen; ejecutan planes distópicos y realizan conspiraciones ocultas a nuestros ojos. Es en ese punto donde generan, donde hacen daño e incluso promueven voluntades. Estamos ensimismados en amores y odios que no entendemos, que nos tintan las ventanas para que creamos al exterior de rojo, azul o del color que nuestro humor nos otorgue. Pero aquí entre nos, yo creo que estamos ciegos; tanteando las paredes y fingiendo vista perfecta. Definimos la belleza cuando “vemos” algo que nos impresiona, y sin embargo tal estética no es más que la del paño que nos venda los ojos. Llámenlo realidad, pero no es más que percepción. Y es así como no poseo fe en verdades aparentes, como en la beligerancia justificada. No creo en la guerra, aún menos en la concerniente a la hegemonía del odio y la desesperan